domingo, 4 de julio de 2010

Los diez mandamientos de la Poesía

Amigos/ Amigas: Qué no se ha dicho de la poesía... enjambres de libros intentaron tomarla del cuello, moldearla, clausurarla en el jaulón de la retórica, pero nunca le han podido lavar las sombras.

Eso sí, algunos le han "arrastrado el ala" y por decantación sabemos que esos -algunos- son los poetas, porque como dijo Aurevilly "Donde los historiadores se detienen sin saber ya nada, aparecen los poetas y adivinan" o la premonición de un tal Shakespeare que al abrir las aguas sentenció: "El poeta es un espía de Dios ".
Los invito entonces a jugar con las aproximaciones del enormísimo poeta mexicano Octavio Paz; me animo a llamarlas: "Los diez mandamientos de la Poesía".


Octavio Paz y los diez mandamientos de la poesía.

1.  El poema es inexplicable, no ininteligible.

2.  Las palabras entran por el oído, aparecen ante los ojos, desaparecen en la contemplación. Toda lectura de un poema tiende a provocar el silencio.

3.  La misión de la poesía es llorar y celebrar el mundo.

4.  No es poeta aquel que no ha sentido la tentación de destruir o crear otro lenguaje.

5.  Cada lector es otro poeta; cada poema, otro poema.

6.  Abierto o cerrado, el poema exige la abolición del poeta que lo escribe y el nacimiento del poeta que lo lee.

7.  Abrir el poema en busca de esto y encontrar aquello, siempre otra cosa.

8.  El poema debe provocar al lector: obligarlo a oír, a oírse.

9.  La actividad poética nace de la desesperación ante la impotencia de la palabra y culmina en el reconocimiento de la omnipotencia del silencio.

10. El autor debe callarse cuando su obra comienza a hablar.

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